Ironías sociales

Ovo-lácteo-vegetariano, vegetariano, vegano... 
Cada día son más las personas que se limitan a comer carne o productos que sean de origen animal, por el maltrato psicológico y físico que esto conlleva. Hasta ahí estoy totalmente a favor.

El asunto es que aún no conozco a nadie que se limite a comprar ropa ética y/o ecológica, o que simplemente disminuyan el consumo de grandes marcas sabiendo la triste realidad que se vive detrás de esas bonitas prendas que usamos actualmente (y me incluyo)  
La explotación, la insalubridad y el maltrato infantil son la realidad de esos trabajadores (la mayoría mujeres o niños) Pero me temo que a nadie le interesa.

El perrito chico del vecino sí nos importa. ¿Los niños de Bangladesh? Nos da igual.

-MichelleVS
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Nota: En las dos próximas entradas hablaré de dos temas que aquí menciono: Ser vegano o no serlo; y la explotación que existe detrás de las grandes marcas de moda actual.