Amigos y una infinidad de cosas...

¿Recuerdas la primera vez que nos vimos? Porque yo recuerdo perfectamente como tu boca se quedo entreabierta cuando mi mirada se robó la atención de la tuya. Recuerdo como pasé a ser, en apenas un segundo, el centro de tu vida. ¿Intentarías borrar cada paso, cada año? No creo que lo intentes. Yo ni siquiera pienso en eso. De todos modos, intentarlo es el peor modo que tendrías para lograrlo.
Recuerdas como compartíamos anécdotas, hobbys, historietas. Hasta maldades. Todo eran risas, horas al teléfono y notas musicales. Contigo fueron mis primeros encuentros con la realidad. Con los sentimientos más puros, excéntrico, descabellados y totalmente sanos. 
¿Recuerdas cómo me contabas tus amorcillos y yo los míos? Aunque por dentro nos muriéramos de celos. ¿Y porqué? Sólo tú te atrevías a buscar una explicación. Yo ni eso. Sólo quería vivírlo. A lo grande. 
¿Recuerdas que cuando crecimos dejamos de verlo todo rosa y te alejabas con cada relación nueva que encontraba? ¿Recuerdas? Porque yo recuerdo que cuando hacías -después de meses-, tu ``entrada triunfal´´, revivía en mi esa llama olímpica, ese no poder detener el movimiento de mis manos cuando te veía, no poder parar de mirarte o de temblar cuando estabas cerca o yo presentía eso. Aparecían en mí esas ansias inagotables de querer acariciar tu piel, sin que me importara quién estuviera delante. Necesitábamos, inexplicablemente, sacar todo lo que llevábamos dentro. ¿Y lo hemos hecho? No. Nunca lo hemos hecho, ni siquiera, intentado. Mi almohada se me escapa en ocasiones por tantos recuerdos acumulados, por tantas noches buscando una explicación para tan alocada enfermedad. Quisiera aclararme. Salir de este hoyo profundo que no nos permite coincidir. Una vez tu. Una vez yo. Tal vez ahora si. Tal vez ahora no. ¿Que pasa? ¿Es que acaso el tiempo no quiere que coincidamos? 
Pido solo un segundo. Un segundo para hacer todo lo que debemos. Para decir todo lo que sentimos. Para gritar todo lo que haremos. Pero juntos. No me imagino la eternidad sin ti. La quiero contigo. A cada hora. Con tu poesía. Con tu inagotable dulzura, con tu insuperable locura. Con tus besos. Tus caricias. 
Nada de esto lo he probado. Pero por favor. Repito. Pido un segundo para experimentarlo todo. ¿Sabes cuánto dura ese segundo? Dura la vida entera. (Pero sería nuestro secreto) 
Llenas mi vida. Estás en cada segundo de mi pasado. Te deseo. Te extraño cada milésima de segundo en mi presente. ¿Me explicas? ¿Me explicas por qué tanta lejanía? Este silencio arrollador. Entraste en mi vida suave... muy suave. Pusiste en mí tu semilla. Esa semilla que ha crecido durante años y que me tiene sentada en una nube,,, como a Jack (el de los frijoles). No recuerdo ningún episodio en el que no estés tu: con tu carácter, con tus consejos, con tus burlas. Pero siempre metiéndote... adentrándote en mis venas, en mi sangre, en mi piel, inundándola de tu seda. 
Has demolido mi alma... mi vida. Ya no se que sería si te borran de mi días. Me quedaría sin recuerdo alguno.
No se que podría hacer yo para seguir sin ti. Sin saber que estás... aunque sea a millones y millones de kilómetros. Estoy atrapada en ti tan fuertemente... que si no te veo no pasa nada, pero si alguien pronuncia tu nombre, o algo que miro me recuerda a ti, está todo perdido. De nada sirve intentar seguir mi vida. Los celos cuando encuentras, o intentas encontrar a alguien como yo, son excesivo. Quiero ser yo la que cuide tus sueños. Quiero ser la dueña de tus deseos, de tus impulsos, de tus desvelos. 
Dormir es la única forma de soñar, De soñar que estás aun aquí... Conmigo. Sintiendo todo lo que tengo para darte. Lo mejor de mis sentidos,,, aunque te los hayas robado todos y seas, sin duda, el dueño absoluto.
Extraño tus besos en mis mejillas. Esos besos que me daban una sutil y perspicaz risilla, porque sabia que ambos deseábamos, cambiar el destino de nuestros labios. O cuando exquisitamente nos tocábamos las manos, insinuando que nos dedicábamos ``simples´´ masajes. Y era eso cierto. Solo que estaban saturados de un amor inamovible.
Salvación fue que llagaras a mi vida. Que me dedicaras millones de cartas. Que me ilusionaras, aunque no pudiera darle explicación, sintiendo en la textura del papel tus manos sobre mis cabellos, cerca de  mi cuerpo. Recuerdo cuando, como un artesano, tocabas cada centímetro de mis caderas. Mientras al compás de la música, tus labios pasaban cerca de mi cuello, definiendo el tejido que, erizado, estremecía mi interior, y tus dedos hacían lucir lo bien que combinaban con mi cuerpo. 
Muerte fue, después de tantos meses, volver a escuchar tu voz. Esa voz que con los años se vuelve más y más perfecta para mi. Esa voz con la que hable sobre mis planes. Esa voz que me acompaño en noches y noches. Que supo las canciones más románticas. Esa voz, que al recordarla, aún me penetra. Recuerdo como mis manos se instalaron en tus cabellos infinidad de veces, al compás de tu cuerpo. Sin prisas me amabas. Sin que los que estaban a nuestro alrededor se percataran de que estábamos llenos de algo... algo que no se llama química, que no se llama amor. Sin que los de nuestro lado percibieran que podíamos tocar el cielo con solo pensarnos...
Perdí el uso del tacto el día que peleaste por mi, con mis manos. Todavía no puedo creer que eso que sentí fuera tu cuerpo sobre el mio. Como nos reíamos: de miedo, de ternura, de delirio... De frenesí. Con las luces apagadas. Pero no eran necesarias. Tú tenías el control de mí. El control de mi subsistencia, el que te regalé desde el primer momento, cuando, a penas niños, comenzó todo. 
Puedo decir que no encuentro forma humana de explicar nuestros pequeños encuentros, que no significan nada para el mundo, pero que los sentíamos tanto como el fuego abrazador de una hoguera. Nuestras almas están fusionadas. Reveladas. Porque sé que la única vez que hemos visto las estrellas, sin tener si quiera los ojos abiertos, ha sido juntos. Porque sé que nuestras miradas son de esas con las que no se necesita hablar. Que con ellas quedan dichas las palabras mas hermosas que cualquier ser humano desearía escuchar, tener en su poder. Y sé que son solo mías. Que los años no pasan por encima de este sentimiento. No muere. Aumenta. Se eleva. Desgarra. 
¿Cuantas noches llena de dudas me habré dormido pensando en ti, en mi, en un ``nosotros´´? 
No recuerdo una vez en mi vida que me hayan querido tanto como lo haces tu. No recuerdo sentirme deseada, ni amada por nadie que no seas tu. No tanto como para darlo todo; no conseguir nada y aun así, intentarlo una y mil veces.
 Podría vivir sabiendo que no existes. Pero solo si  nunca te hubieras cruzado en mi camino adoquinado de personas, pero que únicamente resaltabas tú, porque cada adoquín tiene tu nombre impregnado. Ya es imposible. Para mi, eres ese ``algo´´ que no puedo quitar de mi vida, aunque quiera, aunque me empeñe, aunque no sueñe, aunque me engañe, aunque te niegue. Pero la realidad, la única realidad es que muero si no estás tu. 
Hay caminos, como el nuestro, que van paralelos, pero que al final se unen. Porque si. Porque lo se. Lo siento. Lo necesito... Y porque vivo en un intento por vivir cada día, sin tu mirada. Esa mirada que me llenada de aire, de aromas, de colores, de dulzura. Que me debilita y me contágia. Porque lloro cuando recuerdo que solo me he sentido mujer en tus brazos, pero no lo he sido. Porque vivo con ese miedo de perderte, aunque sepa que no podría suceder cosa así. ¿Pero, y si el destino nos une tarde? Intentaría obviar que has existido. Pero no quiero que este vicio que tengo de ti se extinga. Quiero, aunque muera, que mi sed de ti aumente. 
¿Y si nos hubiéramos esfumado de la Tierra para siempre? Ay...
Tu eres mi debilidad. La persona que me hiela. La única con la maravillosa capacidad de hacerme volar sobre los años y sentir lo mismo; exactamente lo mismo que sentimos aquel primer día cuando tus oídos escucharon mi nombre, y mi garganta, -deseando poder seguir hablando-, solo logró pronunciar el tuyo, como frenada en el tiempo y diciendo por dentro con total seguridad: ``Eres tu´´
-MichelleVS
-Jan Saudek 


Comentarios

Entradas populares