Volverte a ver... fuera de mis sueños.

                                             Fotografía de bailarines del Ballet Nacional de Cuba- Gabriel Dávalos


Yo nunca te he besado. Mis labios nunca han rosado los tuyos. Ni siquiera han estado a menos de un metro de distancia con la voluntad de tocarse. Mis ojos te han mirado, pero nunca con el sentido esperado, lo evitaba, porque no sentían a los tuyos. Mi piel no ha podido cumplir los deseos de fundirse a la tuya. De notar como brota el sudor de tus poros... como se erizan tus bellos... como aumenta la temperatura de tu cuerpo. Mi manos se niegan a la idea de no haber utilizado esas maravillosas separaciones donde tus dedos encajan a la perfección.   Se niegan a que sus uñas no se hayan abatido con tu espalda en un momento de lujuria, o no hayan acariciado tus cabellos en ocasión de respiro... de calma. Lamentable es también que mis pies no se hayan cruzado en una tarde de siesta con los tuyos... o hayan jugado a ser traviesos una noche cualquiera, en un lugar cualquiera. Siento decir que no recuerdo tu aroma. Se que en algún lugar de mis recuerdos está impregnado porque si algo no olvido es como mi olfato se estremecía cuando pasabas por mi lado...cómo automáticamente se cerraban mis ojos. No he podido deleitar el agradable sabor que debe tener tu cuello... pero mi paladar me pedía a gritos poder quebrantar sus impulsos después de haberse inundado de tu gusto. Al igual que mis dientes, que no podían  rechazar  ese impulso sobrenatural que le producía tu labio inferior. Tu voz es la mejor partitura que escuché jamás, pero aún así, no la recuerdo claramente. Vivo con esas notas sueltas que colman mis sentidos... como con voraces impulsos. Los mismos que impiden que olvide algún detalle de ti. 

A pesar de todas estas infelicidades, mis sueños discrepan total y completamente de todo lo que he dicho al comienzo de mis palabras. En mi sueño tengo los mejores momentos vividos a tu lado: mi cuerpo junto al tuyo, en un movimiento leve, que a veces se vuelve voraz y me absorbe; mis manos y las tuyas que se unen por momentos, que se estrechan mutuamente, que arañan, que oprimen... que pierden todo el control y se cuelan en los rincones del cuerpo menos y a la vez mas esperados... más deseados. Mis ojos no dejan de obstaculizar el paso de tu mirada, y si lo hacen por algún motivo, tus ojos acuden rápidamente a su llamado... a que los mire, con el reflejo de una luz impactante (que marca cada uno de los conos y bastones de tus ojos), si la hay. Mis dientes han saciado su sed, han mordido tus labios, han probado tu cuello... y desean que esta noche vuelva a soñar, como desde que nos hemos reencontrado. Tu olor recorre todo el aire que está a mi alrededor, y tu sabor, puedo decir con total certeza, que es un manjar de los dioses. 
Despertar a tu costado es como morir... morir en vida. Por suerte he bailado entre las sábanas contigo, y he podido degustar el fruto prohibido (``Podrá sonar esto atrevido, pero no por ello deja de ser hermoso´´). 
Odio que en ese momento mis ojos se abrieran realmente y despertara en esta dura y cruel realidad. Ya estamos cerca, pero no lo suficiente.  Suspiro cada mañana. Esperando ver alguna señal de tu amor hacia mi. Amanecer no es simplemente el hecho de abrir los ojos. Amanecer, para mi, es cuando al abrirlos, estás a mi lado (a pesar de haberlo experimentado solo en sueños).
Durante todos estos años he tenido otros cuerpos. He besado otros labios. Pero no me he amalgamado con absolutamente ningún espíritu. Porque este amor que llevamos dentro... Este amor no se puede ocultar, ni olvidar y mucho menos suplir con otro ser. Es un amor más allá de lo carnal. Fuera de lo normal... Más allá del propio amor, están nuestras almas.
Te buscaré. Te buscaré cada noche, para encontrarme contigo hasta el día de nuestro reencuentro físico. 
¿Porqué tanto silencio todo este tiempo? Ese silencio torturante. Esa duda impertinente de si me amabas o no. Quizás fue mejor así. Me alegro de haberte encontrado una vez mas. No solo en mis sueños. Mis sueños eran una especie de alerta que he tenido durante todos estos años y que seguirán presentes, porque por ahora, es la única forma de sentirte cerca. 
Ahora puedo decir que soy feliz. Que la vida me ha dado un regalo. Un regalo que deseé durante años... (que personalmente, se me convirtieron en siglos). Un regalo, que pensé no tendría jamas, que no sería recíproco. Ahora puedo decir que seremos uno... y podré demostrar dulce, suave y apasionadamente los bellos sucesos que ocurrieron en mis sueños, en una noche cualquiera... en un lugar cualquiera. 

-MichelleVS

Comentarios

  1. Apasionadamente bella forma de contar un sueno, en una noche cualquiera, en un lugar cualquiera...

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  2. Gracias Chris... ^_^ No me esperaba que te quedaras con esa frase... pero me encanta que le hayas encontrado el sentido... o tu sentido <3 BESOOOS!!!

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